lunes, 27 de julio de 2015

Héroes sin nombre

Muchas veces me siento triste por noticias que me llegan sobre maltrato infantil o animal, por violación de los derechos humanos, por conductas no éticas ni morales hacia el medio ambiente. Por que miles de personas no se den cuenta o no quieran percatarse del daño que hacen con sus hábitos de consumo, por las injusticias sociales...

Cacerías, violaciones, robos, guerras, asesinatos... En estos últimos días he recibido un bombardeo de noticias horribles que te hacen perder la fe en la humanidad. En este mundo, está claro que existen muchísimas personas cuyas acciones son malas, pero también hay otras que luchan a diario por conseguir un mundo justo, no tienen porqué hacer grandes cosas, pero las pequeñas acciones son las que hacen que todo cambie y que nuestra especie prospere. No quiero hablar sobre cosas negativas porque de ello ya se encargan millones de personas. Es sencillo coger un periódico y en menos de un minuto llenar tu cerebro de datos escalofriantes, poner la televisión y castigar a tus ojos con imágenes abominables, escuchar la radio y ponerte en estado de alerta ante las palabras del interlocutor.

Lo que pretendo es dar un respiro y un halo de esperanza; el sistema quiere que pensemos que todo es malo porque con ello consigue manejarnos, el marketing tiene más que estudiado como el estado de semi-depresión repercute positivamente en el consumo (para el comercio, no para el humano) de echo, nos manejan de manera realmente descarada. Durante las navidades, en nuestra televisión sólo vemos noticias buenas, anuncios de perfumes y de juguetes. Según pasan esos días idílicos que no paran de evocar compras, gasto, consumo... pasamos a otra realidad en la que somos bombardeados con noticias sobre homicidios, maltrato de género, accidentes de coche, cacerías de animales inocentes, tasa de abandono de perros durante las vacaciones, pobreza infantil... ¿curioso verdad?


viernes, 24 de julio de 2015

Esmeralda, la elefanta que quería ser jirafa

Había una vez una hermosa elefanta rosa, llamada Esmeralda que soñaba con ser tan alta y esbelta como una jirafa. Envidiaba su delgadez, sus elegantes manchas y su largo cuello.

Esmeralda se miraba al espejo, trataba de meter su redonda barriga hacia adentro pero no conseguía parecer más delgada. Por las noches, cuando nadie la veía cogía el pintalabios del neceser de su madre y se decoraba el cuerpo con manchas marrones para parecerse a una jirafa. Estiraba el cuello y las patas, se miraba en el espejo de nuevo, pero nada... no se parecía en nada.

Esmeralda estaba triste y a la vez enfadada, deseaba que su barriga desapareciera, que su trompa se transformara en una elegante boca con lengua azul como la de las jirafas, que los pelitos que recorrían su rosado cuerpo se transformaran en manchas marrones y que sus enormes patas se convirtieran en unas largas y delicadas.


jueves, 23 de julio de 2015

"Los niños valientes no tienen miedo"

El miedo es una emoción básica, por lo que se presupone como algo innato y evolutivo. En sus orígenes, esta emoción tenía un claro significado para la supervivencia y la adaptación al medio de los individuos.

El miedo, tanto en humanos como en animales parece derivar de algo repentino y peligroso que pone en alerta al sujeto provocando una conducta de huida. Se considera como un estado emocional negativo o aversivo con una activación muy elevada que incita la evitación y el escape de las situaciones que amenazan la supervivencia o el bienestar del organismo. No debemos olvidar, que sentir miedo es una señal emocional de advertencia de que se aproxima un daño físico o psicológico por lo que no debemos ignorarlo.

No obstante, en la actualidad, en lo que respecta a nuestra especie, me atrevería a decir que el miedo puede ser considerado en gran parte como una emoción aprendida ante lo que le asusta a otras personas. Fobias, ansiedad, estrés ¿os suena? en muchos casos no son más que el resultado de la exposición a estímulos ante los que nos han enseñado que debemos estar alerta.

Estoy segura de que el miedo, en gran parte se aprende, bien sea por imitación, por exposición o por otros factores. El claro ejemplo de lo que estoy hablando se escenifica en un estudio que se llevó a cabo con niños que habían sido educados para tener aversión a las ratas y otros que no. Se les expuso ante estos animales, los infantes que no habían recibido información negativa sobre las ratas, las acariciaban sin temor alguno, mientras que los que habían sido educados en que este animal "da miedo y asco" se ponían a llorar y mostraban una conducta de huida.

miércoles, 22 de julio de 2015

Ser maestro (que no profesor)

En esta vida, bajo mi humilde punto de vista hay tres grandes profesiones necesarias para la humanidad; médico, comerciante y maestro. El médico cura y nos permite vivir en unas condiciones óptimas, el comerciante nos posibilita el acceso a comida, ropa y otros enseres necesarios para la supervivencia personal y el maestro enseña a vivir, a leer, a escribir, a sumar, a restar y un largo etc que hará del individuo un ser independiente y capaz de afrontar los retos que se le pongan por delante.

El buen maestro no es aquel que llega por las mañanas al aula y dice a sus alumnos lo que tienen que estudiar para un examen, no es aquel que enseña a memorizar ni el que obliga a permanecer inmóvil en un pupitre fijando la mirada hacia el encerado.

Ser maestro difiere mucho de ser profesor, muchas personas usan estas palabras como sinónimo sin darse cuenta de que, en realidad incluso pueden ser consideradas antónimos. Aquel que se autodenomina profesor se está definiendo como aquel al que hay que seguir, según la RAE, este término significa "persona que ejerce una ciencia o arte" y etimológicamente proviene del latín "proffesor" cuyo significado es "Declarar en público" mientras que el término "Maestro" proviene del latín "magister" y significa "El que está más experimentado en una actividad cualquiera y por eso dirige".

El maestro enseña a sus alumnos a pensar por sí mismos, a ser autónomos y a aprender basándose en los intereses del individuo.



martes, 21 de julio de 2015

Sintiendo la India bajo mis pies

Hace unos días que he vuelto de la India. Un viaje emocionante, espiritual y de autoconocimiento.

Quiero compartir con vosotros sensaciones y experiencias que he vivido en este país y algunas de las cosas que he podido aprender junto a unas personas inolvidables que sin tener nada tienen  todo y que aún con sus manos vacías muestran un corazón tan lleno difícil de igualar.

En primer lugar, mencionar que he pasado once maravillosos días en este precioso país, recorriendo lo que se denomina "ruta del Rajasthan". A continuación, trataré de hacer un breve resumen sobre cada día a fin de acercaros un poquito la esencia de este país.