lunes, 26 de enero de 2015

Un desarrollo sostenible real

La Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo (Comisión Brundtland) en 1987 definió Desarrollo Sostenible como: "el desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para enfrentarse a sus propias necesidades".

Son muchas las estrategias que se han llevado a cabo para lograr un desarrollo sostenible pero la realidad es que la mayoría de ellas son deficientes puesto que como podemos observar, la situación con respecto al medio ambiente no cambia, podríamos decir que incluso va a peor.
Cambio climático, desertización, pérdida de biodiversidad, son algunos de los ejemplos de la involución de la conciencia humana para con su entorno.
Pienso que esto radica en que la gran mayoría de programas se dirigen a "todos" y no " a ti", no te implican directamente en el asunto y esto es un grave error.

Para conseguir un desarrollo sostenible debe producirse un cambio de mentalidad en cada individuo que se encamine, como dice un refrán popular a no mirar la paja en el ojo ajeno y ver la viga en el propio.














Las personas tienden a pensar que los temas relacionados con la explotación ambiental no son de su incumbencia, que es tema del gobierno, de las petroleras... pero la realidad es que posiblemente sea el asunto que más debería preocupar al hombre de a pie. Si hay crisis económica siempre podremos plantar nuestras propias verduras y hortalizas, pero, en este caso nos enfrentamos a algo de una magnitud mucho más grande y a lo cual, no se le está dando la importancia pertinente. No oigo en los telediarios hablar de crisis medioambiental, ni oigo por las calles a la gente angustiada por la latente crisis de valores que puedo asegurar, llevarán a la extinción de nuestra especie tal como la conocemos hoy.

Nos enseñan a pensar de forma individual y no de forma global, lo cual conlleva el ensalzamiento del egoísmo humano para cubrir sus insaciables necesidades creadas por la industria. Apartan de nuestra mente lo que nuestra actitud conlleva para este planeta, que os recuerdo, no es solo nuestro.

El hombre se piensa superior a todos los demás seres y se ha autoproclamado gobernador de la naturaleza. 

Tierras, mares, ríos, montañas... y un único enemigo: el ser humano.
Cambiemos las tornas, hagamos que el enemigo sea el aliado y corramos hacia un mundo libre del egocentrismo humano que ensalce la virtuosidad de la madre natura.

Todos somos la humanidad, cada uno de nosotros debemos ser conscientes de la repercusión de nuestros actos, debemos adoptar unas rutinas compatibles con un bien común. No vale decir "es que no sirve de nada que yo haga..." la crisis ambiental no es culpa solo de uno, sino que es la expresión de las acciones y del estilo de vida que llevamos a cabo cada uno de nosotros.

No podemos esperar más.

Apagar las luces cuando no sean necesarias, cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes, ponerse alguna que otra manta en lugar de enchufar a tope la calefacción, reducir nuestro consumo, reutilizar para crear cosas útiles a partir de lo que parece inservible, reciclar, utilizar más el transporte público en detrimento del privado, no tirar comida, ducharse en lugar de bañarse...

Lo anteriormente mencionado no es cosa de otros, es cosa de uno mismo.
Quejarse es sencillo, recriminar es fácil, pasar a la acción puede parecer complicado, asesinar nuestro planeta no es una opción.

El medioambiente, no depende de acciones colectivas tal como decía el V Programa de acción de la Comunidad en medio ambiente con el título de "Hacia un desarrollo sostenible", el medio ambiente depende de cada uno de nosotros, de nuestras decisiones diarias y de nuestra implicación en llevar una vida respetuosa con la naturaleza.

Cada segundo, cada minuto, cada día, cada semana, cada mes y cada año que vivimos, hacemos daño a nuestro entorno, en cada uno de nuestros hábitos diarios debemos ser conscientes de ello y tratar de minimizar el impacto de nuestra presencia en la Tierra. No lo hagas por ellos, si no por ti.

Deja de mirar lo que hacen o no hacen los demás y súbete al carro del respeto, de la empatía, de la dignidad y de los valores para poner fin a la masacre medioambiental. 


Soraya R. Oronoz 

2 comentarios:

  1. Yo creo que tenemos que poner todos un poco de nuestra parte, pero el verdadero problema son esas grandes compañías que les da todo igual solo miran su propio beneficio y contaminan los mares, los campos y el aire que respiramos. Es como el tema del cambio climático que para mi pobre opinión a sido y sigue siendo una gran mentira, el clima esta cambiando pero no como nos cuentan. Por que los gobiernos no nos cuentan por que esta el agujero de la capa de ozono en la Antártica y te aseguro que no es por el aumento del C02. Por que no dicen que se debe a todas las pruebas que realizaron los ejércitos con armas nucleares o la cantidad de animales marinos que matan con las pruebas de armamento sonico de ultima generación y ya puestos por que no cuentan que para que todos disfrutemos de las ultimas tecnologías hay un montón de satélites con unas pilas nucleares que son capaces de contaminar el planeta entero. Bueno ya no pongo mas que hoy me e calentado un poco, ja ja ja. Buen articulo amiga :))

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  2. Hola Andrés, en primer lugar, gracias por compartir tu opinión en el blog.

    Respecto a lo que comentas de las grandes compañías he de decir que tienes razón, ellos monopolizan lo que yo denomino "mercado ambiental" pero, no cabe duda de que si cambiamos nuestros hábitos de consumo hacia una forma de vida menos consumista y más repleta de valores, estas grandes compañías disminuirán su producción ya que, dependen de cada uno de nosotros para sobrevivir. Es una relación de interdependencia, tú consumes, ellos producen y así de forma contínua.
    Creo que todo se resume en la gran crisis de valores actual, si no hubiera guerras no serían necesarios los ejércitos y no se harían pruebas tan mortíferas, si no dependíesemos de lo que nuestro alrededor opinase no precisaríamos cambiar de móvil cada año ni tener veinte pares de pantalones.

    Cada uno de nosotros somos parte de la industria y en nuestras manos está decir BASTA.

    Gracias nuevamente, un saludo.

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